CONSTRUCCION DE UNA ESCUELA COEDUCADORA

En cuanto al tema de la coeducación, hemos encontrado un manual muy interesante de
-“La construcción de la escuela coeducadora”de Ana Alonso del Pozo- que nos parecía muy oportuno citarlo dentro de este blog de igualdad de género. Dicho manual dice así:

Así crecimos, y así, aún, crecen nuestras niñas y niños. Y para evidenciarlo hoy día, sólo tenemos que hacer determinadas observaciones en nuestro entorno para comprobar que, efectivamente, la conformación del género permanece inalterable en muchos aspectos y que la igualdad real de oportunidades entre hombres y mujeres está por alcanzar.

Por eso, lo que se mantuvo como una concepción válida del comportamiento humano diferencial según el sexo desde hace siglos, hoy no tiene legitimidad para ser defendido. Ese modelo diferencial y jerárquico, según los sexos ha demostrado, -lleva tiempo haciéndolo-, ser tan inútil como injusto y perverso.

De este modo, quienes creen en la educación como medio de cambio y desarrollo de las personas, han sido rápidos para comenzar a deconstruir un modelo atrasado y dañino para la sociedad en su conjunto y para los niños y las niñas como individuos.

Para deconstruir el modelo se requiere actuar desde los agentes de socialización que lo generan. Y, entre ellos, la escuela. Con ese objetivo se comenzó a trabajar en los centros la coeducación: educación libre de prejuicios sexistas, aplicando modelos no encasillados, desarrollando en niños y niñas sus capacidades en tanto seres distintos en su individualidad, sin sellos predefinidos sobre qué se espera de cada cual según su sexo, qué se le exige, qué se le propone, qué cualidades ha de poseer, qué representación tendrá, qué poder, qué decisión.

La Coeducación, por tanto, es un avance en el camino de una sociedad mejor, sin sufrimientos para unas y otros, que proporciona un desarrollo de todas las capacidades de las personas, al margen de los estereotipos de género. Es un reto revolucionario, atrevido, idealista y justo que se ha acometido desde hace tiempo.

En la larga y difícil trayectoria del acceso de las mujeres a la educación, la evolución de la escuela se ha ido conformando desde una visión androcéntrica del conocimiento. Ha pasado así de una escuela segregada -con distintos contenidos para uno y otro sexo-, a una escuela mixta, con contenidos comunes a chicas y chicos. Faltaba el último escalón de este proceso: la escuela coeducativa.